En la era de la transformación digital y la recopilación masiva de datos, la confianza del usuario se ha convertido en el activo más valioso para cualquier empresa. El consentimiento no es solo un requisito legal, sino la base sobre la que se construye esta confianza. Un consentimiento válido, tal como lo exigen normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de Europa o diversas leyes de protección de datos en Latinoamérica, como la Chilena (Ley 19.628 modificada por la Ley 21.719) debe ser libre, específico, informado e inequívoco. Esto significa que los usuarios deben entender exactamente a qué están accediendo y tener una opción real de rechazar. Obtener este permiso de manera transparente y garantizar su revocabilidad en cualquier momento son prácticas esenciales que demuestran respeto por la privacidad y un compromiso ético con el manejo de la información personal.
La Obligación de la Trazabilidad: El Registro de Actividades
El solo hecho de obtener el consentimiento no es suficiente; la prueba de haberlo obtenido y el registro de cómo se manejan los datos son igualmente cruciales. Aquí entra en juego la obligación de mantener un Registro de Actividades de Tratamiento (RAT). Este registro debe detallar qué datos se recogen, con qué finalidad, la base legal (que a menudo es el consentimiento), y por cuánto tiempo se almacenarán. La ley exige que las organizaciones puedan demostrar que cumplen con las normativas. Esta trazabilidad es vital en caso de una auditoría, una queja de un usuario o una violación de datos, ya que permite a la empresa evidenciar su diligencia y la legalidad de sus procesos de manejo de datos personales desde el inicio. Sin una evidencia sólida y organizada, el consentimiento obtenido no tiene valor legal.
El Desafío Omnicanal: Recoger y Centralizar Evidencia
El entorno empresarial moderno es inherentemente omnicanal. Los usuarios interactúan con las marcas a través de múltiples puntos de contacto: sitios web, aplicaciones móviles, call centers, redes sociales y formularios físicos. Esta diversidad de canales complica enormemente la tarea de estandarizar la solicitud de consentimiento y, más importante aún, de centralizar y trazar la evidencia de cada uno de ellos. Un usuario puede dar su consentimiento en una app y luego revocarlo por teléfono; la empresa debe ser capaz de reflejar ese cambio de manera inmediata y legalmente verificable en todos sus sistemas. La gestión manual o descentralizada de estos procesos es propensa a errores, ineficiente y, lo más grave, constituye un riesgo de incumplimiento normativo que puede acarrear multas significativas.
Consentium: La Solución para la Evidencia y la Conformidad
Para superar el desafío de la omnicanalidad y la necesidad de una trazabilidad rigurosa, plataformas especializadas como Consentium ofrecen una solución robusta. Consentium es un Gestor de Consentimientos diseñado para ayudar a las organizaciones a obtener, registrar y evidenciar los permisos de los usuarios de forma centralizada. Al unificar la recogida de consentimientos de múltiples canales, garantiza que la empresa tenga una única fuente de verdad y la trazabilidad completa de cuándo, cómo y para qué se dio o se revocó un permiso. Implementar una plataforma como Consentium no es solo una inversión en eficiencia operativa, sino una medida fundamental para asegurar la conformidad legal y proteger la reputación de la marca, convirtiendo el consentimiento en una fortaleza auditable y confiable.